jueves, 1 de mayo de 2014

Suplicio





Pasas cada mañana por la vereda,
arrollado en un arcano silencio
rotas levemente tu mirada hacia mi puerta
y casi sin querer develas tu secreto.


El cigarrillo es el sello firme de tu estampa,
vas meciendo tus brazos, es tu gesto,
porte y figura desbordando misterios,
hombre de incógnito disfrazando lamentos.


Cada atardecer trasnochas tus desvelos,
esperando sin respuesta en el andén 
a quien jamás vendrá al muelle de tu puerto;
un pérfido mar te la robo hace ya cuantioso tiempo.


Duele tu dolor, lastima tu silencio,
llevas el miedo en tu rostro y en tus dedos;
solo la esperanza es el sostén de tus días inciertos.
Hombre, no me animo a revelarte que ella...ha muerto.



Gaby Fleitas 
Derechos Registrados

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