Solté su mano,
cedí a dedicarle una sonrisa en cada despertar,
olvide arrullar sus sueños,
transitaba mi día de prisa sin reconocerlo.
Traspapelé las obligaciones de la invariable rutina,
merodeando en esos caminos solitarios...
y sin pretender hacerlo lo alejé.
Deje de percibir esa melodía entonada de su sonrisa,
recorrí cegada otros senderos,
me alimenté de diversos labios,
me embriagué con el aroma de otra piel, y lo olvidé...
Hoy caigo en esta realidad que me sostiene,
esta oquedad que pesa en cada clarear,
me abraza el desamparo que yo misma incité
hoy en mis insomnios que me atormentan me doy cuenta
que perennemente...su amor extravié.
Gaby Fleitas
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